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Mostrando las entradas de junio, 2006

3 de julio

Hoy es 28 de junio. Faltan algunos días para las elecciones. Pocos. ¿Realmente es algo importante? No, no lo es. Ganará López Obrador, es lo mejor que hemos construido; sí, mejor que el foxismo. Es una rebaba íntegra de aquel PRI que se reinventó la nación. Lo demás es parte de México y es parte del mundo. Candidatos como Madrazo, Calderón, Campa, Mercado y, el mejor de todos, el subcomandante Marcos, existen en todo el mundo y existirán. Ganará, pues, aquél que gobernó la Ciudad de México y este país, como todo el mundo, seguirá su camino a la mierda. Sin dramas, por favor. Somos lo que hay y, pese a todo, nos gusta ser. Juzgar el destino del país es inmoral, vivir es lo que sabemos hacer, es nuestra condena y nuestra gracia. El 3 de julio está en el aire, verán que en unos días será tan infame, tan alegre, tan artero y tan normal como cualquier otro lunes. Por cierto, aquí un texto parcial. Un texto, me parece a mí, honesto, de María Rivera: "(...votaré, sin ningún estupor, ni e
"Decir cuate, sueño, cántaro, tierra, percusión. Decir cualquier cosa. Escuchar la suma de todos los silencios. Nombrar la holgura que promete. Y luego callar". Yuri Herrera , Trabajos del reino . ...

Verano

Treinta grados. El cambio radical. Ya presiento la canícula. De pronto, cuando uno tiene más de un hogar, se da cuenta de la fatalidad y futilidad de la vida en cada estación del año. ...

Ruleta

Imagen
© Steve Bell 2006 ...

Prefacio a Orientalismo

Funte La Jornada México D.F. Sábado 16 de agosto de 2003 Edward W. Said Hace nueve años escribí un epílogo para Orientalismo, que -intentando clarificar lo que consideraba haber dicho y no dicho- enfatizaba no sólo las muchas discusiones abiertas desde que mi libro apareció en 1978, sino el curso de las crecientes malinterpretaciones de un trabajo en torno a las representaciones de "el Oriente". Que hoy me sienta más irónico que irritado acerca de este hecho es un signo de la tanta edad que se ha colado a mi interior. Las muertes recientes de mis dos mentores principales, intelectual, política y personalmente -Eqbal Ahmad e Ibrahim Abu-Lughod-, me han traído tristeza y pérdida, pero también resignación y una cierta entereza para seguir adelante. En Out of Place (Fuera de lugar), 1999, describía los extraños y contradictorios mundos en los que crecí, proporcionándome a mí y a mis lectores un recuento detallado de los ambientes que, pienso, me formaron en Palestina, Egipto y L